Sólo la lluvia deja una pasión equívoca en el banco vacío de los enamorados.
Luís García Montero
Lo que puedes hacer cuando la lluvia cae, es solamente dejarla caer... Después de todo, ¿no te encanta sentirla sobre la piel?
Es en ese momento cuando escuchas tu interior decir, si no has besado en una tarde lluviosa quizá nunca hayas sido besado.
Y descubres que a pesar de la piel mojada en la inminente noche, es el calor de dos cuerpos y sus labios el rescate anhelado.